Este pasado sábado 15 de junio se celebró en Sada la segunda edición del festival Sardines, con un cartel más que interesante y un precio muy asequible. Oportunidad de disfrutar de una velada extraordinaria para todos los que aman la música.

De todas las actuaciones, destacaría a Sidonie que realizaron un inhabitual y extraordinario concierto,  informal, próximos al público y al alcohol, sin faltar a la profesionalidad y al buen gusto, con simpatía y fuerza nos cautivaron, maravillosos, el mejor concierto de las muchas veces que les he visto.

Lamentar la escasa asistencia de público, que según estimaciones personales en los momentos de máximo aforo rondó las 1000 personas, mientras que espectáculos musicales comerciales de mucha menor calidad atraen decenas miles de personas. Me entristece ver que las mayorías no se mueven por criterios musicales, si no que lamentablemente lo único que les motiva es la popularidad, basada en la imagen y la publicidad de radiofórmulas, prensa y televisión, una receta mágica que genera mucho dinero para los que no se lo merecen. Quizás una gran parte de culpa lo tenga la falta de educación musical que ha convertido la música actual en un mero complemento para amenizar las noches de los jóvenes.

También habría que achacar a la organización parte de la poca repercusión de este festival, pues en mi opinión la publicidad ha sido escasa y la información poco clara; no existía ningún portal de Internet para el evento y la única información oficial era una página de facebook del año anterior, por favor señores, que estamos en el siglo XXI.

La organización lamentará las pérdidas del festival del año pasado y del presente, como supongo que habrá ocurrido, sin embargo para mi sorpresa y la de la gente que se quedó fuera, con un aforo a 1/5 de su máxima capacidad no se permitía el acceso de más público alegando que ya no quedaban entradas, supongo que se le acabarían los papeles impresos, en fin… sin comentarios.